lunes, 30 de mayo de 2011

HISTORIA T 17 Primer y segundo franquismo

PRIMER FRANQUISMO (1939-1959)      
1.Fundamentos ideológicos y evolución política
Fundamentos ideológicos del franquismo: el régimen se caracterizó por la concentración del poder en manos de Franco. Este régimen tuvo unos componentes ideológicos:
Primero el comunismo, sus miembros eran “rojos”, a los que se incluía desde la izquierda revolucionaria a la burguesía democrática. La propaganda anticomunista crece a partir de 1950, cuando se admite al régimen en las organizaciones internacionales de la Guerra Fría.
En segundo lugar, el antiparlamentarismo (la democracia española era antiespañola y marxista). El sistema parlamentario tenía superioridad sobre la democracia.
En tercer lugar, el nacionalcatolicismo, ya que el dominio de la vida social de España estaba en manos de la Iglesia. Controlaba la educación y la enseñanza religiosa era obligatoria incluso en la Universidad.Con plena competencia en materia de censura y medios de comunicación. Incumplir la toda moral católica sería castigada por el Código Penal.
En raíces históricas “la unidad de la Patria” calificó a la autonomía de las regiones como antiespañola. Todo sentimiento nacionalista no español se anuló, prohibiéndose el uso de lenguas que no fueran el castellano. El régimen fue desde el principio militarista, con desfiles, uniformes y símbolos castrenses. En cualquier acto público se exaltaba la bandera o himno nacional. Hubo una serie de rasgos fascistas como los símbolos, la existencia de un partido único, exaltación del Caudillo, desprecio de las instituciones o violencia como para control de masas.

Las bases sociales de la Dictadura: la Dictadura devolvió a la oligarquía terrateniente y financiera su dominio. Recuperando sus empresas y propiedades, fueron los principales beneficiarios de la economía intervencionista y se enriquecen por la guerra y los negocios (estraperlo o el racionamiento).
El régimen contó también con el apoyo de las clases medias rurales en el norte y ambas Castillas. Pero apenas tuvo respaldo entre jornaleros y proletariado industrial,clases medias urbanas, republicanas.
Pero la represión, el miedo a la acusación, miseria y el hundimiento de la moral de la derrota impiden la posibilidad de reacción. Después, el aumento de bienestar y propaganda hacen que parte de esos sectores obreros y campesinos acepten el régimen, con apoliticismo.

Los cuadros del régimen: las familias políticas: los partidos políticos fueron prohibidos y sus dirigentes en el exilio, campos de concentración o ejecutados.
Solo la Falange como Movimiento Nacional. Franco no solo se sirvió de Falange, buscó a sus colaboradores entre grupos ideológicos distintos: las familias del régimen. La Falange no tenía nada que ver con el partido de José Antonio, a Franco le otorgan la jefatura única. Sus organizaciones, como el Frente de Juventudes, Sección Femenina.. dominaba la vida económica y social. En los primeros años los falangistas ocuparon los principales cargos, pero la derrota fascista en la 2ª G. Mundial disminuyó su presencia en los Gobiernos.
Los militares formaban otra de las familias. Jefes sublevados fueron colaboradores de Franco, como Carrero Blanco. Sin embargo, Franco mantuvo siempre al Ejército estrictamente subordinado a su persona.
Un tercer grupo: católicos de asociaciones de la Iglesia o del Opus Dei. Y Obispos y prelados participaron en las Cortes franquistas y Consejo del Reino. Miembros del Opus Dei se mantienen al poder hasta la muerte del dictador.
También monárquicos colaboraron y los carlistas tuvieron un papel secundario.
El resto: pensaban que terminada la guerra empezaría la monarquía con Juan el Borbón, pero Franco se negó. Así, muchos monárquicos ocupan puestos clave en el régimen. Franco no tenía ideología política clara, y elegía a sus colaboradores exigiendo lealtad, prudencia y carencia de ambiciones. Sin que nadie tuviera demasiado poder.

La institucionalización del régimen: meses después de la guerra, Franco amplió su poder. Se fijan ministerios y se autoriza al jefe de Estado a aprobar los decretos-ley. En la práctica: todo poder legislativa para el dictador. El régimen se caracterizó por la permanente función constituyente del jefe de Estado que podía modificar aspectos que en un sistema democrático se incluirían en una Constitución. La Dictadura formó las leyes orgánicas. Entre 1938 y 1946 se aprobaron las cinco primeras.
El Fuero del Trabajo prohibía el sindicalismo y otorgaba el control de las relaciones laborales a la Organización Sindical. Las condiciones de trabajo eran reguladas por el Estado.
La Ley Constitutiva de las Cortes de 1942 establecía una cámara elegida por sufragio indirecto por las corporaciones (familia, municipio y sindicato) y por Franco. Las Cortes franquistas no representaban soberanía nacional.
En 1945 se aprobaron dos nuevas leyes: El Fuero de los Españoles, declaraba derechos y deberes que reafirmaban el carácter católico y tradicionalista del sistema, para enmascarar la imagen autoritaria del régimen. Así, la Ley de Referéndum Nacional permitía una votación para que el pueblo aprobara una ley. Por último, la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado de 1946 definía al régimen como “reino” autorizando a Franco a proponer a su sucesor.

La alianza con las potencias fascistas durante la 2ª G. M:
en 1939 el Gobierno firmó el acuerdo de asociación al Eje Berlín-Roma-Tokio. Al estallar la 2ªG.M. España se convirtió en aliada de las potencias fascistas y los falangistas tuvieron primacía en el Gobierno con Serrano Súñer, cuya línea fascista impregnó a la acción política y prensa. En 1940 se produjo la entrevista de Hendaya entre Franco y Hitler. Pero ni Franco aceptó su propuesta de entrar en guerra, ni Hitler su intento de obtener territorios de África. Eso no impidió el envío de la División Azul en 1941 contra la URSS. Pero a partir de 1942 con las primeras derrotas alemanas necesitan cambios: Serrano Súñer abandonó el Gobierno y la diplomacia inició un giro hacia los aliados. La propaganda fascista fue desapareciendo y se autorizó el uso de aeródromos españoles a los aliados.

El aislamiento internacional y los cambios dentro del régimen:
en1945 la posición de la Dictadura se hizo muy difícil. Tras la victoria, los aliados denuncian el apoyo de Franco a Alemania e Italia durante la guerra. En 1946 la ONU votó en contra de la entrada de España en sus organismos. EEUU, Francia y R.Unido firmaron una declaración sugiriendo la retirada de embajadores y el Consejo de Seguridad de la ONU declaraba al régimen español como amenaza a la paz internacional.
Comenzaba el aislamiento, el bloqueo económico se cerraba y la autarquía era necesaria, grave situación económica y con hambre y miseria. La importación de petróleo estadounidense y envío de trigo argentino permitieron la supervivencia. En el interior, la Dictadura intentó lavar su imagen. Aumentó la influencia de la Iglesia y las relaciones con los monárquicos disminuian a la vez que se afirmaba la voluntad de continuidad del Caudillo. La publicación del Manifiesto de Lausana en 1945, Juan de Borbón declaraba su apoyo a una transición democrática y una amplia amnistía; llevó al borde de la ruptura.

La represión: en la década de 1940 se mantuvo con dureza contra prisioneros republicanos. Los campos de concentración se extendieron por todo el país, y los tribunales continuaron declarando ejecuciones. Un ambiente de recelo y acusación se extendió, y cualquier sospechoso de haber colaborado con los rojos podía ser denunciado. Se estableció un clima de terror en las regiones agrarias del sur, cuencas mineras, zonas industriales y grandes ciudades.

El fin del aislamiento:
el acuerdo con los EEUU: a partir de 1948 la situación internacional girará a favor del régimen. Con la G. Fría entre EEUU y la URSS, las potencias occidentales ignorarán el franquismo. La presión diplomática se fue diluyendo, al tiempo que se producían declaraciones favorables al fin del aislamiento. En 1950, la ONU recomendó la retirada de embajadores y autorizó la entrada de España en organismos internacionales. La firma del acuerdo con los EEUU permitió intalar bases norteamericanas en España. A EEUU le interesaba contar con aeropuertos y bases navales para facilitar el control del Mediterráneo. Así, ese mismo año, se firmó el tratado hispano-estadounidense, fijando crear cuatro bases de utilización conjunta y numerosas instalaciones de radar y seguimiento. Aunque en teoría estaban bajo control español, en la práctica era estadounidense. El acuerdo económico fueron ayudas de todo tipo, como asistencia técnica, construcción de bases, créditos y excedentes de productos agrarios norteamericanos, decisivo para sacar a España de su situación. Ese mismo año se firmó un nuevo Concordato entre el Vaticano y el Estado español. En 1956, España era independiente de Marruecos e iniciaba la descolonización del Protectorado.

Los conflictos políticos internos de la década de los cincuenta:
el fin del aislamiento y primeros síntomas de recuperación coinciden con una gran crisis política. En 1956, graves incidentes en la Universidad agudizaron las tensiones. Los falangistas pasaron a la ofensiva contra los católicos para aumentar su poder. El Caudillo decidió remodelar el Gobierno en 1957. Los cambios fundamentales en los ministerios económicos, con la entrada de varios ministros del Opus Dei, apoyados por el almirante Carrero Blanco. Ellos aprobaron las leye con base jurídica, e iniciaron la definitiva reforma económica de 1959. La década terminaba de forma positiva para el régimen. La entrada en el Fondo Monetario Internacional y en el Banco Mundial crean euforia y refuerzan la imagen de Franco.

2. Evolución socioeconómica y oposición política al régimen

La República en el exilio
: tras la guerra la mayoría de los exiliados huyó hacia Francia. Otros resisten contra los nazis, y miles de ellos fueron llevados a campos de concentración. Muchos comunistas emigraron a la URSS y lucharon en el Ejército Rojo. El Gobierno de la República en el exilio confiaba en una victoria de las democracias, pero en 1945 quedó patente que las potencias intervervengan en España. La condena en 1946 reavivó esperanzas, pero a partir de 1949 el régimen franquista empezó a remontar el aislamiento, y la entrada a la ONU en 1955 hundió las expectativas.

La guerrilla antifranquista
: muchos combatientes republicanos permanecieron hostiles al nuevo régimen e iniciaron una labor de persecución a través de pequeñas partidas refugiadas en las montañas del norte e interior. Estaban dirigidas por anarquistas y comunistas, y en 1944 el PCE organizó la entrada masiva de guerrilleros, los maquis, que se saldó con un fracaso. Las acciones guerrilleras se intensificaron a partir de 1945, y obligaron a utilizar numerosos efectivos de la Guardia Civil y del Ejército. Poco a poco fueron exterminadas y en 1948 el PCE renunció a esta táctica.

La oposición interior en la posguerra:
la resistencia interior era difícil de organizar. La represión abatió los dirigentes de partidos y sindicatos. La escasa información, el miedo y hambre bloquearon la capacidad de reacción. Aun así, la CNT, el PCE y el PSOE consiguieron organizar algunas células de resistencia, pero los dirigentes del interior acabaron en la cárcel o fusilados. Solo en 1945 se crecen las acciones de propaganda y las emisiones de radio. En 1946 y 1947 se producen las primeras huelgas, a las que el régimen respondió con una dura represión.

Las primeras protestas sociales:
en los años cincuenta surgieron protestas contra las subidas de precios, (huelgas de 1951). Su relativo éxito fortaleció la oposición clandestina. Pero fue mucho más importante el inicio de la protesta universitaria. El clima aperturista por el ministro de Educación, Joaquín Ruiz-Giménez, permitió la aparición de grupos de estudiantes católicos, en los que se infiltraron algunos socialistas y comunistas. La tensión estalló cuando los falangistas respondieron con violencia a la petición de mayor libertad de profesores y alumnos. Tras dos días de lucha, provocaron una dura represión. Ruiz-Giménez dimitió y provocó un cambio de Gobierno, demostrando que había una nueva generación que se opondría a la Dictadura.

La autarquía de posguerra: en 1939 España era un país arruinado demográfica y económicamente, y la mayoría de la población padecía de hambre. Para afrontar la situación, las autoridades optaron por un régimen de autarquía  e intervención del Estado. Una serie de decretos implantó un sistema intervencionista. Se fijaron precios y se obligó a entregar al Estado todo excedente de cosecha. Se fundó el Instituto Nacional de Industria (INI) y se dirigen a través del estado premiso de im/exportación. Pero los dirigentes franquistas no tenian objetivos económicos claros. La lentitud de la burocracia y la falta de una política financiera seria mantuvieron hundido el mercado interior. El estallido de la 2ª G. M. dificultó más la situación. Las consecuencias fueron nefastas: cosechas muy pobres; los índices de producción industrial seguían hundidos, como la renta nacional y  per cápita; Se extienden el mercado negro y la corrupción.

El hambre de la posguerra: en 1939 el hambre se extendió a la gran mayoría de la población y el nuevo régimen tuvo que recurrir al racionamiento. Gran parte de los bienes esenciales de consumo se vendían de estraperlo, ya que era la única forma de sortear los controles y precios oficiales. Gracias a él una minoría se enriqueció, pero también se generalizó la corrupción: para obtener un empleo o iniciar un negocio digno se necesitaba tener una “recomendación” de contactos o medios económicos para sobornar.

El fin de la autarquía en los años cincuenta: al iniciarse la década de los 50 el fracaso de la autarquía era claro. El giro de la política económica se inició con el cambio de gobierno de 1951. Se decretó una liberación parcial de precios, comercio y circulación de mercancías. Acompañada de una buena cosecha, se terminó con el racionamiento en 1952 iniciándose una expansión económica. El sector industrial comenzó a crecer, mientras disminuía el peso del agrario. Las ayudas estadounidenses llegaban en 1951 y significaron un aporte decisivo. Los créditos norteamericanos permitieron aumentar las importaciones de bienes de equipo, imprescindibles para el desarrollo industrial. Los presupuestos seguían siendo bajos y la fuerte inflación entorpecía la expansión. A partir de 1955 se produjeron huelgas y protestas, y ni Franco ni  asesores sabían cómo dirigir la economía. El dictador entregó finalmente la dirección económica a los tecnócratas del Opus Dei tras la crisis del gobierno de 1957.
La España del primer franquismo:sociedad marcada por el atraso y la pobreza. Las bajas causadas por la guerra y el exilio y el hundimiento de la industria y los servicios trajeron la ruralización del paísy retroceso técnico, científico y cultural. También se empobrecieron las clases medias y tan solo la vieja oligarquía, las elites políticas franquistas se enriquecieron con la autarquía. Los partidarios del régimen ocuparon los puestos de funcionarios y maestros republicanos, mientras España vivía una atmósfera ideológica y social asfixiante. Los medios de comunicación del régimen ensalzaban el nuevo régimen y sus valores imperiales. Cualquier crítica estaba proscrita y la censura actuaba toda manifestación cultural o política. Toda la vida de los españoles estaba impregnada de manifestaciones patrióticas y ritos católicos. La ideología tradicionalista, católica y reaccionaria se transmitía a través de la escuela. El régimen postergó el papel de la mujer y la Sección Femenina de la Falange se encargó de convertirlas en amas de casa y sumisas.

SEGUNDO FRANQUISMO (1959-1975)
1.Evolución socioeconómica
El plan de estabilización de 1959: la reforma económica puesta en marcha en 1959 quería conseguir un fuerte ritmo de crecimiento, rápida industrialización y la conexión de la economía española con la internacional. El Decreto-Ley de Nueva Orientación Económica era un plan de estabilización diseñado por el FMI y Banco Mundial. Se trataba de liberar la economía con el recorte de gastos y la apertura al exterior. El plan se inició con una serie de medidas restrictivas: para reducir el gasto se suprimieron organismos burocráticos, se recortó el presupuesto y se subió el precio de los servicios públicos. También se liberalizaron los precios, se restringieron los créditos bancarios, se devaluó la peseta y quedaron liberalizadas las inversiones extranjeras. Se produjo la entrada masiva de capitales de las multinacionales en sectores como el energético.

El desarrollo económico de los años 60:
entre 1959 y 1960 se produjo un fuerte parón económico con caída de salarios, precios y consumo. Pero se consiguieron los objetivos de reducción del déficit y de acumulación de capitales. La economía española creció a gran ritmo, basado en el aumento del sector industrial y servicios. La expansión industrial se basó en la llegada masiva de inversiones extranjeras (tecnología). Esto produjo una intensa emigración de mano de obra campesina hacia ciudades, mientras otros buscaban trabajo en Europa. El resultado: alza de salarios en el campo,que impulsa la mecanización y la demanda de bienes industriales. Así la modernización agrícola y el despoblamiento del interior fueron paralelos. La balanza de pagos deja el déficit por a la entrada de turistas y las aportaciones de emigrantes. A partir de 1963 el Gobierno intentó regular el crecimiento mediante Planes de Desarrollo, para el crecimiento en sectores clave. El crecimiento económico entre 1961 y 1973 fue alto y constante, y significó una transformación y la apertura al exterior. La crisis de la economía mundial de 1973 afectó a España deteniendo el crecimiento.

la sociedad española de los 60: migraciones y desequilibrio: a partir de 1960 la sociedad experimentará cambios: el primero fue la emigración masiva de población rural a las ciudades en busca de empleo, sobre todo en Barcelona y Madrid, y hacia Europa (Francia, Alemania, Suiza y Bélgica). La emigración redujo el paro, pero supuso un gran drama humano ya que en 1970 los emigrantes tuvieron que regresar a España. El crecimiento acentuó los desequilibrios en el reparto de la riqueza. Los bajos salarios y un sistema fiscal regresivo mantuvieron  muy bajo el nivel de vida de los trabajadores. La riqueza se concentró en las áreas urbanas, aumentando la emigración y el empobrecimiento rural.

El crecimiento de población y los servicios públicos:
el crecimiento económico provocó el aumento de la población. Este crecimiento y la necesidad de formación profesional obligaron a multiplicar el número de escuelas e institutos. Como la Iglesia no podía cubrir las necesidades, la expansión se centró en la enseñanza pública. En 1963, se modificó el sistema de prestaciones sociales y sanitarias, lo que permitió extender la red de hospitales y cubrir las prestaciones por enfermedad, jubilación y desempleo. El sistema hospitalario permaneció tecnológicamente atrasado. El gasto público en España era caótico y escaso: las prestaciones educativas, sanitarias y asistenciales eran raquíticas. El elevado crecimiento urbano hizo que las grandes ciudades se convirtieran en metropolitanas, y en 1960 se calcula que había un déficit de un millón de viviendas, aunque eso no impedía los grandes negocios especulativos.

Indicios de modernización: la concentración de la población en las grandes ciudades fue variando el modo de vida y la mentalidad de los españoles. Una de las novedades fue el incremento de la población activa femenina. En 1956 la televisión estatal comenzó sus emisiones, lo que afectó el modo de vida y el comportamiento social, pese a la rígida censura contra mensajes que pudieran atentar contra los valores políticos y cristianos del régimen. La luz eléctrica llegó en 1960, así una gran parte de los hogares tenía teléfono y electrodomésticos. Pero el símbolo de la época fue el Seat 600, que permitió a las clases medias un vehículo particular. Hacia 1970, la sociedad de consumo había llevado a un cambio de mentalidad profundo. Así, se produjo una progresiva relajación de la asistencia a actos religiosos, la introducción de nuevos hábitos de relación social y sexual, modas, costumbres, etc.

Los frentes de lucha política en los años 60:
el régimen no dio señal de querer variar el control político y la restricción de las libertades. Las consecuencias fueron:
-inicio de un proceso de distanciamiento entre la Iglesia y régimen. Miembros de la jerarquía denuncian la situación de los trabajadores e insisten en la labor de apostolado social y ayuda a los necesitados. El ascenso al papado de Juan XXIII agudizó las tensiones;
-comenzaron a resurgir tensiones nacionalistas. En 1959 un grupo de jóvenes fundó ETA que optó por la lucha armada para la liberación nacional vasca;
- los conflictos laborales, desde 1961 se sucedieron huelgas. El proceso fue aumentando, al principio se debían a demandas salariales y laborales, despues dominan motivos de solidaridad y denuncia de falta de libertades.

El desgaste del régimen: en 1962 España pidió entablar negociaciones de adhesión a la CEE, un centenar de dirigentes liberales se reunía en Munich y aprobaba una declaración recomendando la no admisión, “Contubernio de Munich”. La represión continuó con la detención del comunista Julián Grimau, torturado, y ejecutado en 1963.
A pesar de todo, el régimen intentaba mejorar su imagen. En 1962 nuevos ministros como López Rodó ligados al Opus Dei aprobaron varias leyes de modernización: la Ley de Prensa de 1966. En 1966 un referéndum nacional aprobó la Ley Orgánica del Estado, y en 1969 el príncipe Juan Carlos fue nombrado sucesor de Franco a título de Rey. Había gran oposición en fábricas y universidades del País Vasco, donde las acciones de ETA se respondían con represión policial. Tras el primer asesinato de ETA, en 1968, se estableció la jurisdicción militar para cualquier delito. Ese mismo año fue cerrada la Facultad de Ciencias Políticas de Madrid, y al año siguiente la Universidad de Barcelona. La década termina con el proceso de Burgos contra dieciséis miembros de ETA. Las protestas, la presión internacional y el secuestro por ETA del cónsul alemán hicieron ceder a Franco, que sustituyó las penas por las de cadena perpetua.

Escándalos, protesta social y crisis política: a partir de 1970 los Gobiernos fueron más débiles. Estallan escándalos de corrupción, como es asunto de Matesa. Por otro lado, la oposición universitaria y obrera desbordaba al régimen, que respondió con torturas e interrogatorios de la Brigada Social, y enjuiciamientos en los Tribunales. El envejecimiento de Franco suscitó el debate sobre la continuidad de la Dictadura. Dentro del régimen se produjo una ruptura entre los aperturistas, partidarios de reformar el sistema, y los sectores más inmovilistas, opuestos a cualquier cambio y que fueron denominados como el “búnker”.

El asesinato de Carrero Blanco: en 1973 apareció una nueva organización armada, el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP), y la represión se acentuó. Fue cuando Franco decidió separar por primera vez la jefatura del Estado y del Gobierno. Nombró presidente del mismo a Carrero Blanco, que formó un gabinete con miembros del Opus Dei y de franquistas “puros”, entre ellos Carlos Arias Navarro. Para atajar la creciente protesta en las calles y preparar el relevo en la jefatura del Estado. En 1973 debía iniciarse el juicio contra diez dirigentes de CC.OO., con Marcelino Camacho. Esa mañana Carrero Blanco moría víctima de un atentado de ETA, un duro golpe para Franco.

La agonía del franquismo: el “búnker” consiguió imponer a su candidato a la presidencia del Gobierno, Carlos Arias Navarro, que formó un gabinete con franquistas puros y algunos aperturistas. Incluía vagas promesas de apertura y un estatuto de asociaciones políticas. Pero Arias demostró su talante represivo con ejecución del anarquista catalán Salvador Puig Antich en 1974. Se produjo entonces un enfrentamiento con la Iglesia, además, la tensión había aumentado desde que el cardenal Enrique y Tarancón dirigía la Conferencia Episcopal. En 1974 una homilía del obispo de Bilbao provocó una amenaza de expulsión por parte del Gobierno, a lo que el Vaticano respondió con la amenaza de excomulgar a Franco. En julio de 1974, Franco fue hospitalizado y durante algunos días cedió sus poderes al príncipe Juan Carlos. En 1975 varios miembros de ETA y FRAP fueron condenados a muerte. Así. estalló el conflicto en el Sáhara español, y la Marcha Verde puso al Ejército español en estado de máxima tensión. El 18 de noviembre el Gobierno cedió y mediante un Acuerdo se entregó el Sáhara español a Marruecos y Mauritania, violando el compromiso y mandato de la ONU. El 20 de noviembre, Franco moría.

Los partidos y sindicatos de oposición: hacia 1960 el PCE conservaba suficiente organización para influir en la lucha clandestina dentro del país. Después se renovó dando entrada a dirigentes más jóvenes que comenzaron a tejer una red de activistas en el interior. El PCE pasó a hegemonizar la lucha contra la Dictadura. El PSOE se mantuvo dividido. Los militares del interior disentían de la táctica de no colaborar con los comunistas. Solo al final de la Dictadura la oposición de sectores liberales, democristianos o monárquicos adquirió alguna influencia.
En cuanto al movimiento republicano, no tenía peso dentro de España, en el movimiento obrero adquirieron protagonismo las CCOO surgidas en 1962. Poco a poco su capacidad de infiltración en el sindicato vertical las convirtió en el eje de la lucha obrera. En los años finales del régimen eran el sindicato clandestino de referencia y buena parte de su dirección estaba conectada con el PCE. UGT y CNT  comenzaron a reconstruirse.

La creciente lucha de los años 60 y 70:  en realidad, la oposición se fue articulando en movimientos de protesta. La primera movilización fue la de los trabajadores, con huelgas a partir de 1961. A finales de los años 70, la movilización obrera afectaba a cientos de miles de trabajadores. Surgió también la oposición nacionalista en el País Vasco y en Cataluña. El antifranquismo se extendía a todas las capas sociales, y en la lucha contra el régimen coexistía la demanda de libertad política con la de la recuperación de la identidad nacional. Entre otros frentes de oposición hay que citar el movimiento estudiantil, cada vez más amplio y organizado. También los movimientos católicos de base, y sectores influyentes de la Iglesia.

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