lunes, 30 de mayo de 2011

Autor: Descartes

1. Racionalismo y método cartesiano
Pretende hallar un método basado en las matemáticas que sea infalible y seguro y que le lleve a la consecución de la verdad. Descartes estableció una serie de presupuestos antes de ello:La razón humana está capacitada para alcanzar la verdad por naturaleza. Para llegar a ella, hay que seguir le método adecuado.
  • La educación recibida y la tradición, sólo aportan prejuicios y no aseguran la verdad de las creencias.
  •  Debemos realizar un examen crítico de todas nuestras creencias (un examen racional de ellas).
En el método cartesiano, según Descartes, caben dos maneras de conocer: la intuición, que consiste en la captación intelectual sin esfuerzo de una verdad evidente, y la deducción, que se trata de la operación de la mente que posibilita hacernos entender que una acción se derive de otra (la verdad se adquiere siguiendo una serie de pasos).

A su vez, el método cartesiano, tiene una serie de reglas que hay que seguir:
  1. Evidencia: a partir de ella se deriva la duda metódica y universal. Con esta regla, Descartes se refiere al correcto uso de la intuición ya que se trata de captar verdades evidentes. Una verdad es evidente cuando presenta claridad y distinción.
  2. Análisis: se trata de dividir lo complejo en tantas partes como sea posible, partes tan sencillas que puedan ser intuidas.
  3. Síntesis: se trata de reconstruir lo complejo a través de lo simple. Sólo reconstruyendo lo complejo se consigue demostrar lo que se conoce.
  4. Enumeración y revisión: consiste en hacer recuento y revisar lo que se ha hecho anteriormente para asegurarnos que no hemos cometido ningún error.

2. Duda metódica y “cogito”
Descartes estaba convencido de que existía una verdad y podía ser descubierta practicando la duda. Características de la duda cartesiana:
  • Metódica, lo que quiere decir que se emplea como método para alcanzar la verdad. Se declara como falso aquello en lo que pueda caber cualquier motivo de duda.
  • Universal. Este tipo de duda se aplica a todos los ámbitos del saber, a todo de lo que se puede dudar.
  • No es escéptica, es decir, no se duda por dudar, sólo como procedimiento para llegar a la verdad.
  • Provisional: se mantiene hasta alcanzar la verdad.
La duda se aplica:
  1. En primer lugar a los sentidos: si hay ocasiones en las que los sentidos nos puedan engañar, no debemos fiarnos de ellos.
  2. En segundo lugar, a los razonamientos: se pueden dar errores lógicos en los razonamientos, lo que lleva a anular todo tipo de certeza en la ciencia.
  3. En tercer lugar, de la realidad tal y como la percibimos. No es posible distinguir la vigilia del sueño: no se puede estar seguro de que el mundo sea real, o un simple sueño.
  4. En cuarto lugar, hay algo de lo que no se puede dudar: las verdades matemáticas. Aquí entra la hipótesis del “genio maligno” que pueda inducirme al error cuando yo vaya por buen camino o estar en lo cierto.
   Toda esta duda conduce a una certeza y es que si dudo de todo, es evidente que estoy dudando, y dudar es pensar. Estoy dudando (pensando), luego existo. Así se llega por tanto a una verdad segura con la que poder refutar a los escépticos: mientras pienso, he de existir. Los contenidos de mi mente son ideas, y Descartes distingue tres tipos de ideas:
  • Adventicias: provienen de nuestra experiencia externa. (Por ejemplo, los colores)
  • Ficticias: son ideas producidas por la imaginación. (Por ejemplo, la idea de un unicornio)
  • Innatas: ideas que residen en la mente o en el alma. Han sido puestas en el sujeto por Dios (por ejemplo, la idea de Dios).

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