lunes, 30 de mayo de 2011

Autor: Ockham

   Contribuye a la crisis de la cristiandad criticando la filosofía, la teología y la moral tradicional, estableciendo una lucha directa con el Papa. Surgió una lucha entre Luis de Baviera y Federico de Habsburgo en la que Juan XXII se mantuvo neutral, pero reivindicando el antiguo derecho para la Santa Sede a designar al candidato en caso de duda. La situación se complica cuando Juan pretende gobernar el Reino de Italia y elige un vicario enemigo de Luis que acaba siendo excomulgado por el Papa. Luis no hizo caso a esta excomunión y acaba siendo coronado Emperador por Nicolás V. Esta lucha entre Iglesia y Estado, se mantendrá durante varios años.
   Las obras políticas de Ockham estuvieron motivadas por las disputas en que estuvo envuelta la Santa Sede. La finalidad de sus obras fue la de oponerse y denunciar lo que parecía una agresión papal y un absolutismo injustificado. Reivindica la libertad de la conciencia religiosa y de la investigación filosófica, y mantiene que al papado no le pertenece el poder absoluto en materia espiritual y política. Ockham parte siempre de hechos concretos y aplica sus reflexiones desde la razón y desde la fe como únicas armas para tirar por tierra diversos principios y conductas equivocados. Esto es lo que explica el lenguaje violento que usa, mientras mantiene que la herejía del Papa radica en usar una formula teológica y bíblica verdaderas para acumular poder y riquezas. Para evitar ataques, se refugiará en la Corte de Luis de Baviera. Ockham era franciscano y en esta época, existían conflictos de esta orden con el papado por cuestiones de interpretación de la pobreza evangélica.
Sus principales ideas políticas son:
-Es licito y necesario hablar sobre la potestad pontificia (hasta donde llega el poder del Papa)
-El Papa no tiene el poder absoluto en materia espiritual ni política y fue instituido para provecho de los súbditos, no para que les fuese quitada la libertad.
-Ni el Papa ni el Concilio tienen el derecho para establecer verdades que todos los fieles deban aceptar.
-La tesis que sostiene el papado:
“la autoridad imperial procede de Dios solamente a través de los Papas y que solamente el Papa posee la verdad absoluta” es para Ockham una herejía. El Papado no tiene poder sobre le Imperio ya que éste no fue fundado por el Papa, y existía antes que Cristo.

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